'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Necrocrítica


Con tantos asesinatos en el país, podríamos empezar a reseñar muertes violentas –de la misma manera que se reseñan libros, películas, hoteles o portales de internet–.

Una nueva forma de opinión periodística, que se dedique a valorar homicidios, discriminando aspectos de fondo y forma.

Deberán tomarse en cuenta los elementos básicos: motivo, modo, lugar, hora del crimen.

Pero luego aquellos más sutiles: talento, estilo, sensibilidad, originalidad, intelecto, audacia, laboriosidad del asesino, grado de gore puesto en la obra. Pronto veríamos salir mejores, más originales sicarios; se volverían tan famosos como Banksy.

La escena del crimen es el punto de partida: el lienzo a estudiar. Tan importante evaluar cosas como: la posición del muerto, el arma utilizada, la posición artística de los cascabillos, la composición dejada por la sangre, el medio –y punto– de fuga. De más está decir que el crítico deberá poseer extensivos criterios de criminalística y ciencia forense.

Algunos de estos reseñistas serán en adelante muy leídos. Y los lectores esperarán con avidez sus artículos y debates en las secciones dominicales. La gente soñará inclusive con ser asesinada, por la mera posibilidad de que su propio óbito sangriento consiga cinco estrellas de calificación en la reputada sección de un virtuoso comentarista.

Y surgirá una nueva raza de intelectuales. Esta forma de crítica –necrocrítica– se convertirá de hecho en un oficio académico muy serio, con cursos especializados en la universidades, y hasta escuelas completas de pensamiento.
             
                                               
(Columna publicada el 21 de febrero de 2013.)           

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Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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