El futuro empezó ayer
El escritor Luis
Méndez Salinas me ha dado un ejemplar de la antología “El futuro empezó ayer”, recién
salida del horno. Un trabajo que realizó a cuatro manos con su pareja, Carmen Lucía
Alvarado, aparte de los autores y colaboradores invitados. Nace de una sinergia
entre la editorial Catafixia –de Luis y Carmen– y la UNESCO.
Me agradó
mucho el apetito y calado del proyecto, el afecto editorial que allí se puso.
El libro reúne
a los recientes escritores guatemaltecos, cosa que se ha hecho ya suficientes
veces, pero nunca, me parece, con igual tesitura. Una antología completamente
formal, en una ambientación crítica muy elevada, que reúne a los más ancianos
de los más nuevos, y a los más nuevos a secas, que vienen con un talento muy
honrado. No comentaré el libro en este breve espacio, porque sería insultarlo
(demanda ensayo). Solo diré que mis respetos. Innumerables detalles y acabados
en el fondo y forma. Grandes justicias.
Luis y Carmen,
y la Catafixia, son lo más significativo que ha ocurrido editorialmente en
Guatemala en los últimos años. He allí un resto de seriedad y lo equivalente en
calidez. Yo por principio no confío en editoriales ni en editores: no son
animales de fiar. Pero en la Catafixia yo confío completamente. Entrega total a
la palabra, en un esquema de trabajo prolífico, desinteresado y lucido, que
divulga pura joyas de las letras íntimas y de la patria grande. La pasión de
hacer las cosas–mierdas bien: servir a la literatura como Dios manda.
(Columna
publicada el 14 de febrero de 2013.)
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