'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Atalaya


Eterno problema, en apariencia irreductible: el de las clases sociales,  económicas, estamentales, del país. 

Es una guerra de derechos, y como todas las guerras de esta índole, una guerra congelada, una guerra de trincheras.

Cuando dos o más sistemas de derechos entran en conflicto, todo degenera muy rápidamente, se convierte en parlamento, caricaturización compulsiva, desprecio, y a la larga –a veces a la corta– en muerte.

¿Qué impide que en Guatemala no se dé otro choque de envergadura, yo me pregunto?

Todos los días, doy gracias a la vida por no petrificarme; por no encerrarme en una posición única; por no acuartelarme en esta–aquella ideología, adherencia, osificación. La vida me hizo anfibio; a veces mutante; a veces extraño –siendo ajeno, no pudieron enajenarme. Así pues, no estoy inscrito en ninguna escuela o tribuna del derecho privado o colectivo: cada una posee su particular forma de saqueo.
           
Lo cuál hace que tanto unos como otros me miren con cierta dosis de desconfianza. Una situación marginal, que a veces me gusta, otras me incomoda mucho.

Por otro lado, me ha colocado en una posición excelente –y necesariamente crítica– para comprender la totalidad de la comedia, que me incluye, claro. En mis buenos días, considero que es una atalaya para percibir creativamente las cosas; en mis días hipomaniacos, que es un lugar para comprender y ofrecer mi amistad a todos los enfoques, y participar en lo mejor de ellos: un lugar–puente.

No es que carezca de integridad, que carezca de un sistema de preferencias políticas y morales. No solo tengo integridad: a menudo la pierdo. Y procuro no olvidarlo.


(Columna publicada el 6 de diciembre de 2012.)     

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Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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